Es duro. Mucho más duro de lo que nos podíamos llegar a imaginar. 85 brasileños que durante estos siete días dependen de tí. Cada gesto, cada palabra... Es díficil la verdad. Y solo es el primer día. El primer día de una semana mágica, especial... tú les enseñas, pero ellos a ti también.
Es curioso como un mismo Dios puede unir tantas culturas diferentes. No entiendes como hablan pero sabes que en cada sonrisa, que en cada carcajada que les provocas cuando haces gestos para explicarles cualquier cosa, que en cada momento que no entiendes que quieren decirte, Él está ahí, ayudándote, haciéndote que saques lo mejor de ti.
Hoy me dijo uno de ellos: "hoy por mi, pero te aseguro que mañana lo haré yo por ti. Gracias, gracias."
Merece la pena con tan solo ver cada una de sus sonrisas agradeciéndote desde lo más profundo de su corazón lo que haces por ellos.
Ha sido especial.
"De Madrid, al Cielo"
¡Bienvenido Brasil!
Macarena
Esta mañana cuando he ido a trabajar, me he encontrado con un grupo de jóvenes en la rotonda de la Canaleja. Era digno de ver el contraste de las caras que llevabamos los que habíamos madrugado para ir a trabajar y la de estos chicos y chicas. La Felicidad de sus rostros me alegró la mañana, y pensé, ¿es que no tengo yo motivos para estar alegre como ellos? Claro que si Dios me ama.
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